Las autoridades de Corea del Sur han anunciado inspecciones de seguridad en todos los aviones Boeing 737-800 operados por aerolíneas nacionales, como parte de las investigaciones para esclarecer las causas de un accidente aéreo que cobró la vida de 179 personas el domingo. Este trágico suceso se ha convertido en el peor desastre aéreo del país en décadas y ha generado una ola de condolencias.
El accidente también ha puesto a prueba la capacidad del gobierno para gestionar la crisis, en medio de un vacío de liderazgo tras los recientes juicios políticos del presidente Yoon Suk Yeol y del primer ministro Han Duck-soo. La destitución de ambos ocurrió luego del escándalo político que desató la breve imposición de la ley marcial por parte de Yoon.
Choi Sang-mok, presidente interino de Corea del Sur, lideró una reunión del grupo de trabajo asignado al caso y subrayó la importancia de reformar los sistemas de seguridad aérea para evitar tragedias similares. «Renovar los sistemas de seguridad aeronáutica es esencial para construir una República de Corea del Sur más segura», declaró.
El Ministerio de Transporte confirmó que se inspeccionarán los 101 aviones Boeing 737-800 operados en el país y se realizará una evaluación exhaustiva de los estándares de seguridad de Jeju Air, que tiene 39 de estas aeronaves en su flota.
Se espera la llegada de expertos de la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos y de Boeing para colaborar en las investigaciones y aportar su experiencia técnica en el análisis de lo sucedido.