El candidato liberal Lee Jae-myung, representante del opositor Partido Democrático, se convirtió en el nuevo presidente de Corea del Sur tras una reñida elección marcada por meses de inestabilidad política. Su triunfo se produce luego de la destitución del conservador Yoon Suk Yeol, quien había causado polémica al imponer brevemente la ley marcial antes de su salida del poder.
Con el 95% de los votos escrutados durante la madrugada del miércoles, Lee encabezaba el conteo con un 48.86%, superando al candidato conservador Kim Moon Soo, que acumulaba un 41.98%.
Aunque se ha señalado que Lee podría adoptar una postura más conciliadora hacia China y Corea del Norte, el nuevo mandatario ha reiterado que la relación con Estados Unidos seguirá siendo el eje central de la política exterior surcoreana.
Entre los principales desafíos que enfrentará están el avance del programa nuclear de Corea del Norte y la política comercial del expresidente estadounidense Donald Trump, quien ha impuesto barreras arancelarias que afectan al comercio surcoreano. Sin embargo, analistas advierten que el margen de maniobra del nuevo presidente será limitado en estos temas, al menos en el corto plazo.
La victoria de Lee marca un giro importante en el escenario político surcoreano, aunque su impacto inmediato en la diplomacia regional aún está por verse.
