Aunque fue eliminado en semifinales de Wimbledon por el italiano Jannik Sinner, Novak Djokovic dejó claro que su historia en el All England Club aún no ha terminado. A sus 38 años, el tenista serbio afirmó que no tiene intención de despedirse todavía de este torneo.
“No planeo terminar mi carrera en Wimbledon hoy. Definitivamente quiero volver, al menos una vez más”, aseguró Djokovic tras su derrota por 6-3, 6-3 y 6-4 ante el número uno del mundo.
Esta caída impidió que el serbio igualara el récord de ocho títulos de Wimbledon de Roger Federer y que sumara un nuevo trofeo de Grand Slam a su historial, que se mantiene en 24. Djokovic no lució en plenitud física, afectado por una caída que sufrió durante su partido de cuartos de final, algo que él mismo describió como “desagradable” e “incómoda”.
A pesar de la lesión, el tenista no quiso ponerla como excusa. “No quiero que suene como una queja. Me siento decepcionado de no haber podido moverme tan bien como quería o esperaba en esta instancia”, señaló.
Durante el tercer set, pidió asistencia médica para tratar una molestia en la pierna izquierda. Aunque logró una racha de tres juegos ganados y estuvo cerca de colocarse 4-0, no pudo mantener el ritmo y terminó perdiendo seis de los últimos siete juegos.
Sinner, quien ahora enfrentará a Carlos Alcaraz en la final del domingo, reconoció que Djokovic no estaba en su mejor estado físico. “Se notaba que tenía una lesión. Estaba en una situación complicada”, comentó.
El serbio llegaba a Wimbledon con la esperanza de sumar un nuevo Grand Slam, considerando que el césped le ofrecía su mejor oportunidad. Sin embargo, ha sido una temporada difícil en ese sentido, quedando fuera en semifinales en los tres majors del año: se retiró por lesión en Australia, cayó ante Sinner en Roland Garros y nuevamente fue superado por él en Londres.
A pesar del resultado, Djokovic se despidió del público con una sonrisa, un saludo y un pulgar arriba, en respuesta a la ovación del estadio central. Cuando se le preguntó si consideraba que la mala suerte lo había afectado últimamente, fue tajante: “No creo que sea mala fortuna. Es la edad, el desgaste. Por más que cuide mi cuerpo, la realidad me alcanza. Me cuesta aceptarlo, porque cuando estoy fresco y en forma, aún puedo jugar gran tenis. Este año lo he demostrado”.