El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, enfrentó críticas y manifestantes durante su discurso en la Asamblea General de la ONU, donde afirmó que Israel “debe terminar el trabajo” contra Hamás en Gaza. Su intervención se dio en medio del creciente aislamiento internacional debido a la guerra en curso y a su negativa de detener la ofensiva.
Decenas de delegados abandonaron la sala cuando Netanyahu comenzó a hablar, y varios países que reconocieron recientemente al Estado de Palestina no enviaron a sus funcionarios de alto nivel, dejando vacíos numerosos asientos. Solo Estados Unidos y Reino Unido estuvieron presentes, aunque con diplomáticos de menor rango. Durante el discurso, se escucharon gritos de protesta y algunos aplausos de simpatizantes.
Netanyahu insistió en que Israel no reconocerá un Estado palestino, calificándolo de “locura” y advirtiendo que hacerlo equivaldría a un “suicidio nacional”. Además, acusó a quienes apoyan al terrorismo de fomentar el antisemitismo y defendió la erradicación de los “últimos vestigios de Hamás”.
Para reforzar su mensaje, el primer ministro utilizó elementos visuales como un mapa de la región y un broche con código QR que dirige a información sobre los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023 y los israelíes tomados como cautivos. Su discurso fue interpretado como un desafío directo a la comunidad internacional y reafirmó la postura de Israel frente al conflicto palestino.
