Este viernes, las aerolíneas de Estados Unidos cancelaron más de 1.000 vuelos en medio del cierre parcial del gobierno, aunque la mayoría de los itinerarios se mantuvieron según lo programado. La Administración Federal de Aviación (FAA) emitió una orden para reducir el servicio en los aeropuertos más concurridos, y se esperan nuevas cancelaciones en los próximos días.
Los pasajeros enfrentaron largas filas en los controles de seguridad en aeropuertos como Atlanta, Dallas, Denver y Charlotte, mientras algunos vuelos fueron reprogramados o cambiados de terminal. Aunque las rutas internacionales no se han visto afectadas hasta ahora, las autoridades advierten que si el cierre persiste y más controladores se ausentan por falta de pago, las cancelaciones podrían aumentar del 10% inicial al 15% o 20% de los vuelos.
El caos afectó a viajeros que, en algunos casos, tuvieron que buscar alternativas complicadas para llegar a su destino, enfrentando cambios de aeropuerto y dificultades para conseguir transporte de última hora. La situación ha generado preocupación sobre la continuidad de los viajes durante el fin de semana y los próximos días si el cierre gubernamental continúa.
