El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos anunció el viernes que alrededor de 600,000 venezolanos y más de 230,000 salvadoreños que ya se encuentran en el país podrán permanecer legalmente durante otros 18 meses, en lo que se considera una extensión del Estatus de Protección Temporal (TPS). Esta decisión se toma poco antes de la asunción de Donald Trump como presidente, quien ha prometido implementar políticas de inmigración más estrictas.
La administración de Biden ha sido un firme defensor del TPS, ampliando este beneficio a casi un millón de personas. Sin embargo, el futuro de este estatus es incierto bajo el mandato de Trump, quien ya intentó reducir considerablemente su uso durante su primer periodo. Las regulaciones federales permiten que las extensiones se terminen de forma anticipada, aunque nunca se ha llevado a cabo esta medida.
Además de los venezolanos y salvadoreños, el Departamento de Seguridad Nacional también extendió el TPS a más de 103,000 ucranianos y a 1,900 sudaneses que ya residen en Estados Unidos.
El TPS proporciona a los beneficiarios un permiso legal para permanecer en el país, pero no les otorga ciudadanía a largo plazo. Dependen de que el gobierno renueve su estatus de forma periódica. Los críticos, principalmente conservadores, han argumentado que las renovaciones del TPS se han vuelto automáticas con el tiempo, independientemente de la situación en los países de origen de los beneficiarios.