La Dra. Silvia Amaya Llano, rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), subrayó que el reciente reconocimiento recibido por la institución obliga a reforzar y expandir sus estrategias de preservación medioambiental. La UAQ fue galardonada con el primer y segundo lugar del Premio Municipal de Biodiversidad 2024, organizado por el municipio de Querétaro a través de la Secretaría de Desarrollo Sostenible y el Instituto de Ecología y Cambio Climático. Además, el campus Juriquilla recibió la certificación “Sello de Biodiversidad” como reconocimiento al trabajo realizado en conservación, un esfuerzo conjunto de estudiantes, docentes y personal administrativo.
Durante la ceremonia, la rectora Amaya Llano destacó que este reconocimiento no solo es un honor, sino un compromiso para la universidad, impulsando a la comunidad universitaria a continuar ampliando sus esfuerzos en la protección ambiental. También resaltó la necesidad de una colaboración activa de toda la sociedad para reducir el impacto negativo en el medio ambiente y generar cambios significativos.
El Premio Municipal de Biodiversidad tiene como objetivo reconocer iniciativas que se distinguen en la protección, conservación o restauración del medio ambiente. Los proyectos se evalúan considerando la trayectoria, creatividad, impacto y beneficios que aportan a la comunidad, así como su contribución al fortalecimiento de la participación social y cultural en temas medioambientales.
El primer lugar fue otorgado al proyecto “Un modelo sostenible para la conservación de la biodiversidad en el municipio de Querétaro”, desarrollado por el equipo de Sustentabilidad del campus Juriquilla, liderado por el Dr. Braulio Ayala García. Este proyecto se basa en una serie de ejes que abarcan aspectos ambientales, sociales y económicos, promoviendo la restauración de la vegetación local, la creación de jardines para polinizadores y la gestión de residuos, entre otras acciones.
Por su parte, la Coordinación de Gestión para la Sustentabilidad de la UAQ obtuvo el segundo lugar con su iniciativa “Sembrando Conciencia”, activa desde 2019, enfocada en la preservación de la flora nativa. Esta área cuenta con dos viveros dedicados a la producción de más de 25 especies de árboles endémicos, representativos de los ecosistemas más relevantes de la región, como la selva baja caducifolia y el matorral crasicaule.