El 10 de mayo, Día de las Madres en México, se convirtió nuevamente en una jornada de protesta y dolor para miles de mujeres que, lejos de celebrar, salieron a las calles para exigir justicia por sus hijos e hijas desaparecidos. Bajo el lema “Las Madres Llegarán a la Verdad”, en ciudades como Ciudad Juárez, Chihuahua, Cuernavaca, Culiacán y Xalapa, madres buscadoras y colectivos de derechos humanos alzaron la voz por quienes han desaparecido y no han sido localizados.
En Ciudad Juárez, la marcha comenzó en las letras «JRZ» y avanzó hacia la Catedral, donde se ofició una misa en memoria de madres que murieron sin encontrar a sus hijos, y por las víctimas de feminicidio. En la capital de Chihuahua se realizó una vigilia en la Plaza del Ángel, mientras que algunas madres viajaron a la Ciudad de México para sumarse a la XIII Marcha de la Dignidad Nacional.
En Cuernavaca, Morelos, madres recorrieron las calles exigiendo una audiencia con la gobernadora y denunciaron que la mayoría de los desaparecidos en la entidad siguen sin localizarse, incluso tras una década. La jornada incluyó una representación simbólica de bebés cargados en brazos con la palabra “Justicia”.
En Culiacán, Sinaloa, colectivos como Sabuesos Guerreras expusieron más de mil fotos de personas desaparecidas en las escalinatas de la catedral. Denunciaron que tan solo en los últimos ocho meses, más de mil personas han sido privadas de la libertad en la entidad. Desde allí marcharon hasta la Fiscalía General del Estado, exigiendo avances en las investigaciones.
En Veracruz, las madres marcharon por Xalapa hasta el Panteón Palo Verde, donde denunciaron la existencia de 260 cuerpos sin identificar en una fosa común, además de señalar que hay más de siete mil personas desaparecidas en la entidad. Manifestaciones similares se llevaron a cabo en otras ciudades como Córdoba, Orizaba y Coatzacoalcos.
A nivel nacional, las madres respaldaron el llamado de la ONU para aplicar el artículo 34 de la Convención Internacional contra las Desapariciones Forzadas, pidiendo la intervención de la comunidad internacional ante la inacción del Estado mexicano. Reunidas en el Ángel de la Independencia, denunciaron que el gobierno sigue estigmatizando a las víctimas, tolerando el crimen organizado y simulando soluciones. Exigieron a la presidenta Claudia Sheinbaum que rompa con los pactos de impunidad y cree, junto con la ONU, un mecanismo de investigación independiente y efectivo para localizar a los desaparecidos y garantizar la justicia.