Estados Unidos ha confirmado un ataque aéreo contra las instalaciones de los rebeldes hutíes en las afueras de Saná, la capital de Yemen, en respuesta a las acusaciones de los insurgentes de que Washington y Londres atacaron sus cuarteles militares en la zona. El Comando Central del Ejército estadounidense (Centcom) informó que se realizaron bombardeos de precisión contra una instalación de almacenamiento de misiles y un centro de mando de los hutíes.
El objetivo del ataque fue «degradar las operaciones de los hutíes», especialmente aquellos dirigidos contra buques de guerra y mercantes de la Armada de Estados Unidos en el sur del mar Rojo. La operación involucró aviones F-18 de la Fuerza Aérea y la Marina de los EE. UU.
Poco después del bombardeo, el Ministerio de Información del gobierno de Saná publicó un mensaje en Telegram, en el que los hutíes aseguraron que «los estadounidenses no han aprendido de sus errores» y que seguirán enfrentando «humillaciones» a manos de los yemeníes.
Este ataque ocurre tres días después de que el Ejército israelí atacara tres puertos en el mar Rojo en Yemen, en respuesta a un ataque de los hutíes contra territorio israelí. Hasta ahora, no se han reportado víctimas de esta acción. Los rebeldes hutíes han intensificado sus ataques a barcos vinculados con Israel y han lanzado misiles hacia el territorio israelí, en apoyo a la población de Gaza, aunque la mayoría de los proyectiles son interceptados.
Además, este mismo día, los hutíes, respaldados por Irán, reivindicaron el lanzamiento de un misil balístico que impactó en Tel Aviv, dejando más de una decena de heridos.