La empresa estatal Unión Eléctrica (UNE) de Cuba estima que, para el momento de mayor demanda este sábado, un 32,5 % de la isla permanecerá sin electricidad. Aunque el sistema fue reconectado tras cinco días de apagón total, la situación sigue siendo crítica, con afectaciones de aproximadamente un 30 %. Zonas rurales y orientales del país se encuentran particularmente afectadas y sin capacidad para cubrir la demanda.
Según las proyecciones de la UNE, la capacidad de generación alcanzará los 2,080 megavatios (MW), frente a una demanda prevista de 2,980 MW, generando un déficit de 900 MW. Durante el horario pico de la tarde-noche, se estima que 970 MW deberán ser desconectados de forma preventiva.
Esta crisis energética, agravada desde agosto, ha incrementado los apagones hasta un máximo histórico de entre el 41 y el 51 %. Las causas principales incluyen la falta de combustible y las averías en las centrales termoeléctricas, muchas de las cuales llevan décadas en funcionamiento sin las inversiones necesarias para su modernización. Actualmente, siete de las 20 unidades de generación y 24 motores de generación distribuida están fuera de servicio.
Para mitigar la situación, el gobierno ha alquilado plantas eléctricas flotantes, una medida temporal y costosa que no resuelve el problema de fondo. Los cortes de energía han afectado gravemente a la economía cubana, que experimentó una contracción del 1,9 % en 2023, y han generado descontento social, derivando en protestas en varias ciudades, como las manifestaciones de 2021 y las de marzo de este año en Santiago de Cuba y otras localidades.