El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que eliminar la prisión preventiva en México sería dar «manga ancha» a los jueces para que puedan liberar a personas acusadas de delitos como delincuencia organizada, feminicidio, corrupción y «huachicol».
En marzo pasado, el ministro de la Suprema Corte (SCJN), Jorge Mario Pardo Rebolledo, presentó un proyecto para eliminar las figuras del arraigo y la prisión preventiva oficiosa. Esto, en acatamiento a una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CoIDH) emitida en el caso García Rodríguez y otro vs. México, que estableció que la prisión oficiosa es contraria a los derechos a la libertad personal, a ser oído, a la igualdad y a la presunción de inocencia, por lo que ordenó al Estado mexicano adecuarla a la Convención Americana.
«Ahora está en discusión lo de quitar lo de prisión preventiva. Yo no estoy de acuerdo porque es manga ancha (a jueces). Si hay corrupción en el Poder Judicial, pues van a salir todos, pues siempre se va a alegar, lo que pasa de que no estuvo bien hecha la averiguación o cosas que ni quiero repetir aquí, pues, y que por lo mismo se les da la libertad».
En este sentido, en conferencia de prensa matutina, el jefe del Ejecutivo federal señaló que hace falta que sea aprobada la reforma del Poder Judicial, en la que propone que se elija a los jueces, magistrados y ministros.
«No podríamos reformar el Poder Judicial sino se elige a jueces, magistrados y ministros, sería muy difícil. No quiere decir que sea la panacea, hay otras cosas que se requieren, la parte académica, los planes de estudio, humanizar más para que los egresados de las escuelas de derecho sean incorruptibles, gentes honestas, verdaderamente partidarios de la justicia.
«O sea, es un asunto estructural, pero el elegir a miembros del Poder Judicial ayuda porque ya no se sienten vinculados, relacionados, comprometidos con élites sino es el pueblo el que los elige, eso es una gran reforma, es un avance», comentó.