Este viernes, un grupo de casi 200 personas —incluidos varios periodistas— se presentaron ante un tribunal en Estambul, enfrentando cargos por haber participado en manifestaciones no autorizadas y por ignorar las órdenes de la policía de dispersarse durante las protestas que estallaron tras el arresto del alcalde opositor Ekrem Imamoglu.
Imamoglu, una figura clave de la oposición y visto como el principal rival político del presidente Recep Tayyip Erdogan, fue detenido el pasado 19 de marzo y posteriormente encarcelado por presuntos actos de corrupción. La detención provocó una oleada de indignación en todo el país, ya que amplios sectores consideran que se trata de una acción con trasfondo político. No obstante, el gobierno turco sostiene que el sistema judicial actúa con independencia y niega cualquier interferencia en el caso.
En total, 189 personas, en su mayoría estudiantes universitarios, comenzaron a rendir cuentas ante la justicia. Los fiscales los acusan de haber participado en concentraciones ilegales y de haber desobedecido instrucciones directas de las fuerzas de seguridad. Algunos enfrentan cargos adicionales por presunta posesión de armas durante las protestas.
Estos imputados forman parte de un grupo mucho más amplio: más de 2,000 personas fueron detenidas durante las movilizaciones, consideradas las más grandes que ha vivido Turquía en más de diez años.