Fuerzas federales llevaron a cabo operativos en diversas localidades de la sindicatura de Quilá y en colonias periféricas de Culiacán, Sinaloa, donde detectaron negocios con actividades ilícitas de juegos de azar. En estas acciones, aseguraron un total de 41 máquinas tragamonedas y procedieron al cierre de los establecimientos.
Las intervenciones se realizaron en comunidades como Oso Viejo y El Melón, así como en la colonia Emiliano Zapata, donde las autoridades confiscaron los equipos utilizados en los juegos clandestinos.
Estos operativos coinciden con la llegada a Culiacán de un refuerzo significativo de 300 elementos del Ejército mexicano, quienes se sumaron a las estrategias de seguridad para combatir las actividades de la delincuencia organizada.
El nuevo contingente llegó a la capital del estado como parte de la Estrategia Nacional de Seguridad Pública y del plan de cero impunidad. Su despliegue terrestre se produjo apenas 48 horas después de que un equipo de élite conformado por 200 efectivos de las Fuerzas Especiales arribara a la región vía aérea, reforzando así las operaciones en la zona.
