El proceso electoral en curso se convirtió en el más violento de la historia moderna de México, con un total de 386 hechos que han dejado 501 víctimas del 7 de septiembre de 2023 al 21 de abril de este año. Dichas agresiones van desde amenazas, atentados y secuestros hasta desapariciones y homicidios.
Esto da un promedio diario de 2.2 víctimas, y de mantenerse la tendencia se registrarán 600, el doble de lo reportado en los comicios federales de 2020-2021, con 299 víctimas de violencia política.
Hasta ahora, el proceso electoral más violento era el de 2017-2018, con 382 casos.
A 39 días de la jornada electoral, un estudio de Integralia —elaborado con información oficial y reportes de los partidos políticos— registra que 15 estados están en riesgo alto y muy alto de intervención del crimen en sus elecciones locales.
“Ya estamos viendo la jornada o el proceso electoral más violento, es muy probable que si se mantiene la tendencia, este proceso duplique las víctimas de 2021, pero lo preocupante de esto es que, más allá del número, es importante por lo que significa.
“En el último sexenio hemos visto una expansión de los regímenes criminales, es decir, nuestra democracia se ha convertido en un mecanismo para que los grupos criminales asuman el control de los territorios y a partir de ahí comiencen con la regulación de la vida política, económica y social del país”, declaró Armando Vargas Hernández, consultor senior de Integralia.
De acuerdo con el análisis, los estados de Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco, Chiapas y Morelos se identifican como entidades con riesgo “muy alto”, en las cuales hasta 80% de su territorio está controlado por el crimen organizado o es disputado por grupos criminales.
También se identifican nueve entidades federativas con un riesgo alto: Baja California, Sonora, Chihuahua, Tamaulipas, Zacatecas, Guanajuato, Estado de México, Tabasco y Veracruz.