La Unión Europea impuso a Google una multa de 2.950 millones de euros por vulnerar las normas de competencia, al favorecer sus propios servicios de publicidad digital sobre los de competidores. La Comisión Europea también ordenó al gigante estadounidense poner fin a sus prácticas de autopreferencia y resolver los conflictos de interés detectados en la cadena de suministro publicitaria.
Este es el cuarto caso antimonopolio en el que Bruselas sanciona a Google desde 2017. La investigación se centró en sus plataformas AdX y DFP, que conectan a anunciantes con editores en línea, determinando que la empresa abusó de su poder en detrimento de competidores y anunciantes.
Google cuenta con 60 días para presentar un plan de solución; de no ser satisfactorio, la Comisión podría imponer medidas estructurales, incluida la posible venta de parte de su negocio de publicidad digital. La vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea, Teresa Ribera, indicó que primero se evaluará la propuesta de la compañía antes de tomar decisiones adicionales.
La sanción generó críticas de figuras como el expresidente estadounidense Donald Trump, quien calificó la multa como injusta y aseguró que afectaría inversiones y empleos en Estados Unidos.