El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, junto con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, presentó un plan de 20 puntos que busca poner fin a la guerra en Gaza. La propuesta, anunciada desde la Casa Blanca, otorga amplias ventajas a Israel, pero también contempla concesiones que Hamás podría considerar una victoria parcial.
El grupo palestino aseguró que aún analiza el proyecto y dará su respuesta en los próximos días. Sin embargo, la presión internacional y el respaldo que Trump ha reunido, incluso entre países cercanos a Hamás, dificultan que el movimiento lo rechace de forma abierta.
El plan establece la liberación de cientos de prisioneros palestinos, incluidos alrededor de 250 con condenas de cadena perpetua por ataques mortales. Asimismo, reconoce de manera implícita las aspiraciones de un Estado palestino, aunque los términos siguen siendo ambiguos. Entre las concesiones también se encuentra el abandono de un plan previo que buscaba expulsar a la población de Gaza: ahora se establece que los dos millones de palestinos podrán permanecer y quienes decidan salir tendrán derecho a regresar.
Pese a estas condiciones, Hamás aparece debilitado y aislado. De acuerdo con el presidente estadounidense, el grupo tiene “tres o cuatro días” para dar su respuesta.
Mientras tanto, la violencia no cesa. El martes, al menos 31 palestinos murieron en distintos ataques israelíes en Gaza. En Netzarim, un corredor controlado por Israel, 17 personas perdieron la vida y 33 resultaron heridas cuando intentaban acceder a ayuda humanitaria, según reportó el hospital al-Awda. Más tarde, otros cuatro palestinos fallecieron en el campo de refugiados de Nuseirat tras un bombardeo, de acuerdo con personal médico local.