Irán ha comenzado a enriquecer uranio con nuevas centrifugadoras avanzadas en sus instalaciones nucleares de Fordo y Natanz, según un informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA). Este proceso ha aumentado aún más las tensiones en torno al programa nuclear de Teherán, que ya estaba enriqueciendo uranio a niveles cercanos al grado armamentístico, con un enriquecimiento del 60%. Aunque en esta ocasión Irán está enriqueciendo a un 5% de pureza, mucho menos que el 90% necesario para fines militares, esta acción sigue siendo vista como un movimiento estratégico que le otorga influencia en las negociaciones internacionales.
La AIEA detalló que Irán está alimentando uranio en múltiples cascadas de centrifugadoras avanzadas IR-2M, IR-4 e IR-6. Las cascadas consisten en un grupo de centrifugadoras que enriquecen el uranio de manera más rápida y eficiente que las versiones anteriores, como las IR-1, que han sido las más utilizadas en el pasado. A pesar de que la AIEA no especificó cuántas centrifugadoras hay en cada cascada, se sabe que Irán ha puesto alrededor de 160 en una sola cascada en el pasado.
El informe se produce tras un mes de tensiones, cuando la Junta de Gobernadores de la AIEA condenó a Irán por no cooperar plenamente con la agencia. Aunque aún no está claro si Irán ha comenzado a alimentar uranio en las nuevas centrifugadoras, la acción de enriquecer a 5% de pureza parece ser tanto un gesto hacia las negociaciones con Occidente como una forma de aumentar la presión en caso de que no se llegue a un acuerdo favorable.
Este desarrollo se produce en un contexto de incertidumbre sobre cómo el presidente electo de EE. UU., Donald Trump, abordará las relaciones con Irán una vez que asuma el cargo. Trump ya había retirado a Estados Unidos del acuerdo nuclear en 2018, lo que desencadenó una serie de incidentes y tensiones en el Oriente Medio.