Recientemente, Israel llevó a cabo una nueva ronda de ataques aéreos en Yemen, apuntando a la capital controlada por los rebeldes hutíes, Saná, y varios puertos cercanos. Durante estos bombardeos, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, se encontraba en el aeropuerto de Saná, cerca de la zona afectada. En sus redes sociales, Ghebreyesus informó que el ataque dañó la torre de control, la sala de salida y la pista, aunque él y su equipo de la ONU estaban a salvo. Sin embargo, un miembro de la tripulación del Servicio Aéreo Humanitario de la ONU resultó herido. La vocera de la ONU, Stephanie Tremblay, aclaró que la persona herida era parte del equipo humanitario de la organización.
El ejército israelí afirmó que los ataques aéreos fueron una respuesta a los lanzamientos hutíes, que habían activado sirenas en Israel en los días anteriores. Los bombardeos israelíes se centraron en infraestructura utilizada por los hutíes, como el aeropuerto internacional de Saná y puertos en Hodeida, Al-Salif y Ras Qantib. También se atacaron estaciones de energía, bajo la alegación de que estas instalaciones estaban involucradas en el contrabando de armas iraníes y el paso de altos funcionarios iraníes.
En otro suceso relacionado, un ataque aéreo israelí mató a cinco periodistas palestinos fuera de un hospital en la Franja de Gaza. El Ministerio de Salud de Gaza confirmó que los periodistas, que trabajaban para el canal Al-Quds Today, fueron atacados mientras estaban en un automóvil fuera del Hospital Al-Awda. El ejército israelí alegó que las víctimas eran militantes encubiertos como reporteros.
Además, el fin de semana, un misil hutí impactó un parque infantil en Tel Aviv, Israel, hiriendo a al menos 16 personas.