Más de 150 edificios de la UNRWA han sido atacados durante la guerra que Israel mantiene en la Franja de Gaza desde octubre, informó este miércoles la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), que condenó un nuevo bombardeo que ha causado cinco muertos, entre ellos un trabajador.
“El ataque de hoy contra uno de los pocos centros de distribución (de ayuda) de la UNRWA que quedan en la Franja de Gaza se produce cuando los suministros de alimentos se están agotando, el hambre es generalizada y, en algunas zonas, se está convirtiendo en hambruna”, denunció en un comunicado, en el que responsabilizó a Israel del bombardeo, el jefe de la UNRWA, Philippe Lazzarini.
“Todos los días compartimos las coordenadas de todas nuestras instalaciones en la Franja de Gaza con las partes en el conflicto. El Ejército israelí recibió ayer las coordenadas de esta instalación”, añadió el director de la agencia, que con la muerte del empleado de hoy ya ha perdido a 165 miembros en esta guerra, según su propio recuento.
El centro, localizado en el este del área de Rafah, en el sur del enclave y donde se aglomeran más de 1,4 millones de gazatíes desplazados, fue bombardeado aparentemente por fuerzas aéreas israelíes, causando la muerte de cinco personas e hiriendo al menos a otras veintidós.
“Un trabajador de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), un policía y tres civiles murieron hoy en el ataque”, confirmaron a EFE fuentes del servicio de emergencias gazatí.
En un comunicado castrense difundido horas más tarde, el Ejército israelí aseguró haber matado a un miliciano de Hamás, identificado como Muhamad Abu Hasna, en un ataque aéreo “preciso” en Rafah, y responsabilizó a Hasna de desviar ayuda humanitaria hacia manos de Hamás, así como de coordinar “una sala de operaciones de inteligencia” que revelaba las posiciones de soldados a milicianos de Hamás.
Según el Gobierno de Gaza, controlado por Hamás, más de 400 gazatíes han perdido la vida en ataques mientras aguardaban el reparto de alimentos -o la llegada de convoyes de ayuda- en tan solo dos semanas, después de que el pasado 29 de febrero 118 murieran en la ya conocida como “Masacre de la Harina”.