El viernes, las fuerzas armadas de Israel avanzaron hacia la Franja de Gaza y destruyeron el único hospital especializado en cáncer de la región, mientras los líderes israelíes prometían continuar su ofensiva hasta que Hamás libere a los rehenes.
El hospital se encontraba en el corredor de Netzarim, una zona que divide Gaza en dos partes y que estuvo bajo control israelí durante la mayor parte de la guerra que comenzó hace 17 meses. Israel reanudó sus operaciones para recuperar esta zona esta semana, tras la ruptura del alto el fuego con Hamás. La tregua había mantenido una calma relativa en Gaza desde finales de enero.
Las fuerzas israelíes afirmaron que atacaron el Hospital de Amistad Turco-Palestina, que había permanecido accesible tanto para médicos como para pacientes durante el conflicto, debido a que combatientes de Hamás estaban operando desde allí. Por su parte, Turquía, que participó en la construcción y financiación del hospital, denunció que las tropas israelíes lo utilizaron como base.
La nueva ofensiva de Israel en Gaza amenaza con ser aún más devastadora que la anterior, dado que tiene objetivos más amplios y se enfrenta a menos restricciones en su accionar.
El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, declaró el viernes que su país intensificaría las operaciones en Gaza hasta que Hamás libere a los 59 rehenes que mantiene, 24 de los cuales se cree que siguen con vida.
“Mientras Hamás siga negándose a liberar a los secuestrados, más territorio perderá ante Israel”, afirmó Katz.
El ejército israelí también informó que planea nuevos ataques en tres barrios al oeste de Ciudad de Gaza y lanzó advertencias a través de redes sociales.
