El viernes, la activista estadounidense de origen turco Aysenur Ezgi Eygi, de 26 años, falleció tras recibir un disparo en la cabeza por parte del Ejército israelí durante una marcha pacífica en Nablus, Cisjordania. Eygi estaba participando en la protesta contra la expansión de asentamientos en la aldea de Beta cuando las fuerzas israelíes respondieron con munición real, granadas y gases lacrimógenos.
A pesar de ser trasladada de urgencia al hospital Rafidia de Nablus, las graves heridas en su cabeza resultaron fatales. El Ejército israelí justificó el uso de fuerza letal alegando que fue en respuesta a un “instigador” que arrojaba piedras. La situación está siendo investigada.
Eygi trabajaba como voluntaria en el Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM), una organización humanitaria con la que también estuvo asociada Rachel Corrie, quien murió en 2003 al ser aplastada por una excavadora israelí.
El secretario del Comité Ejecutivo de la OLP, Hussein Sheikh, condenó el incidente como “un crimen más” en una serie de violaciones diarias por parte de las fuerzas israelíes.
El conflicto en la región ha escalado significativamente este año, con más de 330 palestinos muertos por fuego israelí hasta la fecha. El viernes también marcó el final de una de las incursiones más violentas de las últimas décadas en el campo de refugiados de Yenín y las ciudades cercanas de Tubas y Tulkarem, que ha causado más de treinta muertes según el Ministerio de Sanidad palestino.