La capital ucraniana vivió un día de luto oficial tras un violento ataque perpetrado por Rusia que dejó al menos 17 muertos, incluidos cuatro niños, y varios desaparecidos. Las banderas ondearon a media asta y se cancelaron todos los eventos de ocio mientras los socorristas continuaban trabajando entre los escombros.
El ataque, realizado durante la noche del miércoles al jueves, involucró casi 600 drones y más de 30 misiles, algunos de los cuales impactaron en el centro de Kiev. Entre las víctimas se encuentra una niña de tan solo dos años, mientras que varios cuerpos aún no han sido identificados.
Ante la escalada de violencia, el presidente Volodímir Zelenski anunció que buscará reunirse la próxima semana con el mandatario estadounidense Donald Trump y líderes europeos para evaluar avances y presionar por un acuerdo de paz, ante la falta de compromiso de Rusia en las negociaciones y la continuidad de los ataques sobre zonas civiles.