Diez días después de declarar la ley marcial y sumir a Corea del Sur en un caos político, el presidente Yoon Suk-yeol se enfrenta a una posible destitución. El Partido Democrático de la oposición tiene previsto someter a votación una moción para inhabilitar al presidente en una sesión parlamentaria este sábado. Para que la moción prospere, se necesitan ocho votos de miembros del Partido del Poder Popular (PPP), partido de Yoon, y hasta ahora siete diputados han manifestado públicamente su apoyo a la iniciativa.
Si la moción es aprobada, Yoon quedaría inhabilitado y se esperaría la decisión del Tribunal Constitucional sobre si violó o no la Constitución al declarar la ley marcial el 3 de diciembre. Si el Tribunal considera que Yoon actuó ilegalmente, sería el segundo presidente en ejercicio en ser inhabilitado en la democracia surcoreana, después de la destitución de Park Geun-hye en 2017 por un escándalo de corrupción.
Mientras tanto, miles de personas siguen manifestándose en las calles de Seúl y otras ciudades del país, desafiando las bajas temperaturas y exigiendo la renuncia de Yoon Suk-yeol. Se espera que mañana se celebre una gran protesta frente a la Asamblea Nacional, donde se decidirá el futuro político de Yoon y podría comenzar a reconfigurarse el panorama político de la cuarta economía más grande de Asia.