El 13 de diciembre de 2024, el Servicio de Marshals de Estados Unidos detuvo a un individuo considerado de «alto valor». Posteriormente, una fuente del FBI confirmó que se trataba de Dámaso López Serrano, conocido como «El Mini Lic», quien enfrenta cargos relacionados con el tráfico de fentanilo y otros delitos.
López Serrano es una figura destacada dentro del Cártel de Sinaloa y es hijo de Dámaso López Núñez, «El Licenciado», quien fuera un operador clave del cártel y compadre de Joaquín «El Chapo» Guzmán. En 2017, sorprendió al entregarse voluntariamente a las autoridades de Estados Unidos en la frontera de Calexico, California, convirtiéndose en el miembro de mayor rango del Cártel de Sinaloa en tomar esta decisión.
Dámaso López Serrano también ha sido vinculado como autor intelectual del asesinato del periodista Javier Valdez Cárdenas, ocurrido el 15 de mayo de 2017 en Culiacán, Sinaloa. Este crimen generó gran indignación debido a que Valdez era reconocido por su trabajo investigando el narcotráfico y las problemáticas asociadas. El asesinato fue atribuido a conflictos internos en el cártel, así como al impacto del periodismo de Valdez, quien fundó el semanario Ríodoce y colaboraba con el diario La Jornada.
El día del crimen, hombres armados interceptaron a Valdez en su vehículo mientras transitaba por la colonia Jorge Almada de Culiacán. Lo obligaron a descender del automóvil y le dispararon varias veces, quitándole la vida en el lugar. Las investigaciones señalaron la participación directa de tres individuos: Juan Francisco «El Quillo» y Heriberto «El Koala», quienes ya han sido sentenciados, y Juan Idelfonso «El Diablo», quien murió en 2017 en San Luis Río Colorado, Sonora. Sin embargo, se identificó a Dámaso López Serrano como el responsable intelectual del asesinato.
En 2020, un juez federal en México emitió una orden de aprehensión contra López Serrano por su presunta responsabilidad en el caso. Aunque permanecía recluido en una prisión estadounidense por delitos relacionados con el narcotráfico, el asesinato de Javier Valdez continúa siendo un caso emblemático que refleja los riesgos a los que se enfrentan los periodistas en México al abordar temas vinculados a la violencia y al crimen organizado.