La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, presentó un plan de seguridad que busca reforzar la investigación y la inteligencia para combatir los delitos graves, manteniendo gran parte de las políticas implementadas por su predecesor. Esto incluye la continuidad de la participación militar en seguridad pública y la decisión de no confrontar directamente a los cárteles.
El anuncio llega en un momento de alta violencia, con el reciente asesinato de un alcalde en el sur y una escalada de homicidios en Sinaloa y Guanajuato, lo que plantea dudas sobre la efectividad de las actuales estrategias de seguridad pese a la presencia militar.
Sheinbaum explicó los cuatro pilares de su estrategia: abordar las causas de la violencia a través de programas sociales para jóvenes, fortalecer la Guardia Nacional bajo el control del ejército, establecer un sistema nacional de inteligencia y fomentar la colaboración entre distintos niveles de gobierno y el Ministerio Público.
La mandataria ratificó que continuará con los programas sociales iniciados por López Obrador y la postura de no confrontación directa con los cárteles, responsables de gran parte de la violencia en regiones como Sinaloa, donde ha estallado una disputa interna en el Cártel de Sinaloa tras la detención de algunos de sus líderes.
Sheinbaum también señaló que el gobierno mexicano sigue exigiendo cooperación de Estados Unidos en el caso de la captura del líder del Cártel de Sinaloa, Ismael «El Mayo» Zambada, y que la Cancillería mexicana está en contacto con autoridades estadounidenses sobre el tema.
El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, anunció la creación de un sistema nacional de inteligencia que unificará los esfuerzos de las distintas instituciones de seguridad para desarrollar estrategias más efectivas contra las organizaciones criminales. Sin embargo, algunos especialistas dudan de la capacidad de coordinar adecuadamente a las fuerzas de seguridad.
En cuanto al asesinato del alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, García Harfuch informó que se están realizando investigaciones y mencionó que otros alcaldes han solicitado protección federal debido a la creciente violencia.
Una de las prioridades del gobierno de Sheinbaum es consolidar la Guardia Nacional, que desde 2019 ha reemplazado a la extinta policía federal y que recientemente fue transferida al control de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). A pesar de contar con un gran número de agentes, este cuerpo no ha tenido un impacto significativo en la lucha contra la violencia.
Si bien el enfoque en la inteligencia ha sido bien recibido por algunos analistas, las críticas persisten debido a la continuación de las políticas de militarización de la seguridad pública y la falta de medidas específicas para combatir el tráfico de migrantes y la violencia en las ciudades fronterizas. Con cerca de 30,000 asesinatos registrados el año pasado, el desafío de reducir la violencia sigue siendo enorme.