De concreto y hierro. Con esos materiales principalmente está construida la cárcel más grande de El Salvador y de América que tiene una capacidad para hasta 40.000 pandilleros de la Mara Salvatrucha, Barrio 18 y otros grupos minoritarios, quienes permanecerán totalmente aislados y con máxima seguridad.
La prisión, llamada Centro de Confinamiento del Terrorismo y construida en una zona rural aislada, se localiza en el central municipio de Tecoluca, a más de 75 kilómetros de San Salvador, la capital del país.
Soldados, policías y custodios (guardias) penitenciarios se encuentran apostados en todo el perímetro del enorme recinto y en la calle de acceso al lugar, según pudo constatar EFE en un recorrido realizado.
Son 236 manzanas (165,2 hectáreas) de terreno para «poder garantizar el centro penitenciario más grande de América», y se construyó en 33 manzanas (23,1 hectáreas), explicó a periodistas el ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez.
La construcción del recinto penitenciario, que ha acarreado críticas de la oposición y de entes nacionales e internacionales de derechos humanos, se da en el contexto de un régimen de excepción vigente desde finales de marzo de 2022 y que ha sido ampliado en 10 ocasiones en términos de 30 días.
Hasta el momento, las autoridades reportan la captura de más de 62.900 supuestos pandilleros.
El acceso a la prisión está totalmente controlado. Para ingresar los reos, así como el personal administrativo y los custodios, tendrán que pasar por un escáner corporal para evitar el traslado de ilícitos como drogas y objetos punzocortantes.
La cárcel cuenta con un perímetro de 4 muros, 2 de ellos de concreto armado -con acero para una mayor resistencia-. El muro inicial tiene 11 metros de altura y está «totalmente electrificado», señaló el ministro de Obras Públicas, quien añadió que los otros muros tienen 4 metros de altura.
En el interior de la cárcel hay 19 torres de vigilancia y cámaras térmicas que identifican el movimiento de las personas.
El recinto tiene la capacidad para hasta 40.000 pandilleros -todos hombres- que serán ubicados en 8 módulos, cada uno con un área cerca 6.000 metros cuadrados aproximadamente.
Se construyeron, además, 5 kilómetros de carretera para el acceso, 8 subestaciones de energía eléctrica, una planta de tratamiento de aguas residuales y 2 pozos de agua potable.
Los pandilleros recluidos se mantendrán totalmente aislados e incomunicados con el mundo exterior. En los módulos, cada celda construida con acero inoxidable cuenta con camarotes metálicos, dos pilas – grandes recipientes de cemento para almacenar agua- y dos inodoros.
Los reos tendrán que ducharse y hacer sus necesidades fisiológicas dentro de la celda, y solo podrán salir a la sala de audiencia, al área de asistencia médica o a una de las celdas de castigo, donde solo hay cama de cemento, un inodoro y una pila.
Los 8 módulos construidos tienen capacidad, cada uno, para alojar a 5.000 pandilleros y cada celda tiene una capacidad para 100 pandilleros, según dijo a EFE el ministro de Obras Públicas.
Dijo que «no se han construido patios, ni área de recreación para los reos, ni espacios conyugales».