Las autoridades de Nueva York están enfrentando una situación preocupante debido a los bajos niveles de agua en los embalses, que han sido afectados por meses de lluvias escasas. Esta situación ha llevado al alcalde Eric Adams a emitir una alerta de sequía e instar a los residentes a tomar medidas para conservar el agua, como reducir el tiempo de las duchas y reparar grifos que gotean.
A pesar de las medidas voluntarias, los niveles de agua continúan siendo insuficientes. El embalse de Schoharie, ubicado a más de 161 kilómetros al norte de Manhattan, se encontraba esta semana a menos de un tercio de su capacidad, dejando expuestas grandes áreas fangosas. Otros embalses, como los de las montañas Catskill, también han mostrado niveles bajos de agua.
Paul Rush, responsable del suministro de agua para la Agencia de Protección Ambiental, señaló que el sistema de embalses se encuentra actualmente al 63% de su capacidad, un porcentaje inferior al 79% que se suele mantener. Además, los afluentes que alimentan el sistema están alcanzando niveles históricamente bajos, lo que agrava aún más la situación. Como respuesta, las autoridades podrían posponer la reparación de un acueducto fuera de servicio para intentar traer más agua al sistema.