La situación en Gaza sigue siendo extremadamente grave, con una reciente escalada en la violencia que ha llevado a la pérdida de al menos 40 vidas solo en un día, y a una crisis humanitaria sin precedentes. Desde el 7 de octubre, el conflicto ha causado cerca de 40,700 muertes y más de 94,000 heridos, con otros 10,000 cuerpos estimados aún bajo los escombros.
Los ataques recientes se han concentrado en el campamento de Nuseirat y en las áreas sureñas de Jan Yunis y Rafah. En Nuseirat, al menos 20 personas murieron en ataques de artillería que también causaron la muerte de varios niños. En Jan Yunis, la retirada de las fuerzas israelíes dejó un saldo de al menos ocho muertos, y un ataque en Rafah resultó en la muerte de dos palestinos.
La situación humanitaria es crítica, con el 86% de Gaza afectado por órdenes de evacuación y una gran parte de la población desplazada en una franja de 47 kilómetros cuadrados, sin acceso a servicios básicos. La falta de agua potable y la insalubridad están causando brotes de enfermedades, como sarna y varicela, afectando especialmente a los niños.
A pesar de la grave crisis, se ha iniciado una campaña de vacunación contra la polio en el sur de Gaza, buscando inmunizar a más de 640,000 niños menores de 10 años. La campaña, que ha comenzado de manera limitada, se llevará a cabo en medio de pausas diarias en los combates acordadas con Israel.
Organizaciones como Médicos Sin Fronteras enfrentan obstáculos para llevar suministros de higiene a la zona humanitaria, lo que agrava aún más la situación.
La secretaria general adjunta interina de Asuntos Humanitarios de la ONU, Joyce Msuya, ha descrito la situación como «más que desesperada», resaltando la extrema necesidad de asistencia humanitaria para una población que enfrenta hambre, sed, enfermedades y un hacinamiento extremo.