El pleno del Senado devolvió al titular del Ejecutivo federal la terna para elegir a una nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Bertha Alcalde, Lenia Batres y María Estela Ríos, quienes fueron calificadas por la oposición como ministras carnalas no alcanzaron la mayoría calificada que requiere la Constitución para ocupar el cargo en las dos rondas que se votó por cédula.
Ante esta situación, la terna se dio por desechada, por lo que el presidente López Obrador deberá presentar una nueva propuesta a la Cámara Alta.
Durante la primera ronda se entregaron 112 cédulas de votación a igual número de senadores y no fueron entregadas 15.
Así, de la primera ronda de votación el resultado fue el siguiente: Bertha Alcalde, 58 votos; Lenia Batres, cinco votos; María Estela Ríos, dos votos; cero votos en abstención; tres votos nulos y 44 votos en contra.
En la segunda ronda se entregaron 113 cédulas de votación y 14 no fueron entregadas.
El resultado de esta segunda ronda fue el siguiente: Bertha Alcalde, 68 votos; Lenia Batres, dos votos; María Estela Ríos, tres votos; cero votos en abstención; cero votos nulos y 40 votos en contra de la terna. Durante la sesión comparecieron las candidatas ante el pleno para fundamentar la elegibilidad e idoneidad de su postulación.
En el debate, el senador por el PAN, Damián Zepeda Vidales, dijo que el Presidente está buscando “obediencia ciega” en la Corte, por lo que llamó a rechazar la terna, que, señaló, estaba integrada por perfiles leales a la 4T.
Mientras que la senadora por el PRI, Claudia Edith Anaya, anticipó su voto en contra de la terna y advirtió que no es idóneo que el Presidente tenga la oportunidad de nombrar a cinco ministros cercanos a su movimiento, como está ocurriendo.
El Senado devolvió la terna al titular del Poder Ejecutivo.
Ahora, corresponderá al presidente Andrés Manuel López Obrador enviar una segunda terna para ser revisada. El Senado recibe la segunda terna y tiene 30 días hábiles para darle trámite legislativo, de lo contrario, el Jefe del Ejecutivo federal puede designar directamente a la nueva ministra.