La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y el titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Omar García Harfuch, han descartado que las explosiones de dos coches bomba en Acámbaro y Jerécuaro, Guanajuato, puedan catalogarse como actos de «terrorismo».
Durante una conferencia en Baja California Sur, Sheinbaum respondió a la pregunta de El Universal sobre si estos eventos podrían considerarse narcoterrorismo, afirmando que «no se puede catalogar como terrorismo». Por su parte, García Harfuch reiteró que se trata de una disputa territorial entre grupos criminales, destacando que el terrorismo involucra motivaciones ideológicas o religiosas, lo que no se aplica en este caso. Según él, estas agresiones reflejan la lucha entre dos grupos delincuenciales que buscan amedrentar a las autoridades locales, ya sea por complicidad con otros grupos o debido a su combate directo por parte de las fuerzas de seguridad.
El titular de la SSPC también mencionó que la Fiscalía General de la República (FGR) está investigando el tipo de explosivos utilizados en los ataques y su posible autoría. Las explosiones ocurrieron tras la recuperación de vehículos y equipo táctico asociados a un grupo delictivo por parte de las autoridades de Acámbaro el 16 de octubre. Este operativo también resultó en la detención de varios individuos vinculados a esta célula criminal. Además, se reportó que el director de Seguridad Pública en Acámbaro había recibido amenazas poco antes de los atentados.
La alcaldesa de Acámbaro, Claudia Silva Campos, y su director de Seguridad, Rafael Horacio Perfecto Beltrán, confirmaron que habían sido amenazados por un grupo criminal días antes de la explosión.
Como respuesta a la creciente violencia, las fuerzas federales han intensificado su presencia en Acámbaro y Jerécuaro, desplegando alrededor de 500 elementos del Ejército y de la Guardia Nacional en puntos estratégicos. Mientras tanto, la FGR mantiene un cerco de seguridad en las áreas afectadas por las explosiones.