A casi una semana del devastador terremoto que sacudió Myanmar, el número de víctimas mortales ha alcanzado los 3,145, según reportó este jueves el gobierno militar. La tragedia continúa desarrollándose mientras los equipos de rescate siguen localizando cuerpos entre los escombros y las organizaciones humanitarias luchan por brindar asistencia a los sobrevivientes.
En una reunión celebrada en Naipyidó, la capital del país, el ministro de Información, Maung Maung Ohn, actualizó las cifras oficiales: más de 4,500 personas han resultado heridas y otras 221 permanecen desaparecidas. La televisión estatal MRTV dio a conocer el informe.
El sismo, de magnitud 7.7, ocurrió el pasado 28 de marzo con epicentro cerca de Mandalay, la segunda ciudad más grande de Myanmar. El movimiento telúrico provocó el colapso de miles de estructuras, dañó seriamente la infraestructura vial y dejó inservibles numerosos puentes en distintas zonas del país.
Aunque las autoridades han difundido cifras oficiales, medios locales y organizaciones independientes advierten que el número real de muertos podría ser mucho mayor. Las dificultades para acceder a áreas remotas, así como los cortes en las comunicaciones, han complicado los esfuerzos de evaluación de daños y rescate, por lo que se teme que la cifra de víctimas aumente en los próximos días.
Un informe reciente de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA) estimó que más de 17 millones de personas se han visto afectadas directa o indirectamente en 57 municipios del país. De esa cifra, se calcula que más de 9 millones han sufrido daños considerables en sus comunidades.
La situación humanitaria es crítica. Las organizaciones de ayuda enfrentan enormes desafíos para entregar suministros médicos, alimentos y refugio a los damnificados, en medio de un país marcado por el conflicto interno y restricciones de acceso impuestas por el régimen militar.