Un día después de que el Senado dio luz verde a la reforma constitucional del Poder Judicial de la Federación (PJF), un impresionante número de 21 Congresos estatales ya había aprobado la minuta, en lo que fue una jornada de decisiones rápidas y controversiales.
Guerrero, por ejemplo, se convirtió en el estado 17 en sumarse a la lista de aprobaciones. En una sesión que concluyó pasada la medianoche, los legisladores locales dieron su respaldo a la reforma con 33 votos a favor, principalmente de Morena y sus aliados. Del otro lado, nueve votos en contra provinieron de partidos como el PAN, PRI y Movimiento Ciudadano, mientras que cuatro diputados del PRD optaron por abstenerse.
Durante esa misma jornada del miércoles, varios Congresos estatales de todo el país hicieron lo propio. Oaxaca, Tabasco, Veracruz, Quintana Roo, y muchos otros estados, en su mayoría gobernados por Morena, también dieron su aval, destacando que incluso Durango, un estado con un gobierno distinto, se sumó al respaldo de la reforma. Para el jueves, otros como Tamaulipas, Ciudad de México, Estado de México y Sonora no se quedaron atrás, elevando el número total a 21 Congresos que dieron su visto bueno a la reforma.
Lo que llamó la atención no fue solo la rapidez con la que avanzaron las aprobaciones, sino las tensiones que acompañaron estos procesos. En Tamaulipas, un grupo de trabajadores del Poder Judicial se reunió frente al Congreso local, buscando ingresar al recinto mientras gritaban consignas como «¡Reforma judicial, capricho presidencial!». Pese a las manifestaciones, la sesión inició y concluyó con una votación de 20 a favor y 10 en contra.
En la Ciudad de México, el panorama no fue menos intenso. Desde temprano, el Congreso fue protegido, cerrando varias calles del Centro Histórico para evitar posibles protestas. Dentro, la sesión estuvo marcada por una agitada confrontación de opiniones y una votación final de 46 votos a favor y 20 en contra. Momentos como estos reflejan la complejidad del debate, donde la división entre legisladores era palpable.
El Congreso del Estado de México no fue la excepción, con una votación de 54 a favor y 20 en contra, mientras que en Sonora, la jornada trajo un giro inesperado. La diputada Alejandra López Noriega, una veterana panista, no solo votó a favor de la reforma, sino que en medio de la sesión, anunció públicamente su salida del PAN. Con un discurso firme, expresó su decepción con la dirección de su partido y su convicción de que la reforma era lo que el país necesitaba. Sus palabras resonaron en la sala: «Mi voto es a favor porque quiero apoyar a que esta reforma sea lo que los mexicanos están esperando». Así, se convirtió en otra figura que abandona las filas del blanquiazul para sumarse a Morena.
Este viernes, las miradas estarán puestas en los Congresos de Hidalgo y San Luis Potosí, que se espera también voten sobre la reforma. Mientras tanto, el Senado de la República se prepara para sesionar de nuevo, posiblemente para declarar la legalidad de la reforma y enviarla al Presidente de la República, quien se anticipa que la promulgará en el marco de las celebraciones del 15 de septiembre, un momento simbólico para este trascendental cambio en el sistema judicial del país.