La relación entre Venezuela y España ha escalado debido a las recientes tensiones diplomáticas en torno a las elecciones presidenciales en Venezuela. El canciller venezolano, Yvan Gil, advirtió al embajador de España en Caracas sobre la postura firme de Venezuela contra cualquier intromisión en sus asuntos internos. Esta advertencia sigue a las críticas de la ministra de Defensa española, Margarita Robles, quien calificó el gobierno de Nicolás Maduro de «dictadura».
La tensión se incrementó tras la decisión de España de otorgar asilo al excandidato presidencial Edmundo González, quien ha sido un crítico de las elecciones de julio en Venezuela. Los resultados de esas elecciones, que proclamaron a Maduro como ganador, han sido cuestionados por falta de transparencia y verificación independiente.
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se reunió con González, lo cual fue interpretado por el gobierno venezolano como una actitud injerencista. La situación llevó a Venezuela a convocar a su embajadora en España y a pedir que se rompan las relaciones diplomáticas y comerciales, aunque esta medida aún no se ha implementado formalmente.
En respuesta a la tensión, el Congreso de los Diputados español aprobó una moción instando al gobierno a reconocer a González como presidente electo de Venezuela. Además, el Parlamento Europeo debatirá los resultados de las elecciones venezolanas en una sesión plenaria en Estrasburgo.
España ha recibido a muchos venezolanos como parte del éxodo causado por la crisis en Venezuela. En los primeros seis meses de este año, alrededor de 44,000 venezolanos emigraron a España, sumándose a los aproximadamente 212,000 que ya residían en el país en 2022.
Las relaciones entre los dos países siguen siendo tensas, y se espera que la situación continúe evolucionando dependiendo de las acciones y respuestas de ambos gobiernos.