Apenas el sol se oculta, en las calles de la colonia Hogar Moderno comienza el ruido: el arrastre de láminas de aluminio, ramas, tambos, piedras y lo que se tenga a la mano.
Ese sonido es la señal de que la colonia se convertirá hasta el amanecer en una trinchera. En cada calle, con los escombros que dejó “Otis”, se forman barricadas.
En esta colonia desde hace casi una semana los días son intensos. Perdieron la tranquilidad, así que desde muy temprano y durante gran parte del día salen a buscar alimentos y agua, y ahora pasan las noches en vela.
Son las 7 de la noche y ya la oscuridad comienza a dominar el ambiente. Desde la madrugada del miércoles pasado no hay energía eléctrica, por lo que cuando la noche cae la oscuridad es profunda. En cada esquina se concentran grupos de jóvenes. Unos llegan con palos, otros con tubos, machetes, cuchillos, piedras. Arrastran troncos de los árboles caídos, hojarasca y prenden la fogata. Es lo único que alumbra. El objetivo es vigilar sus calles, evitar que se metan a robar a sus casas o que les quieran sacar gasolina a sus vehículos.
Con las barricadas instaladas se terminó la circulación en las calles de Río Bravo, Río Colorado, Río Lerma, Río Atoyac y Río Grande. Nadie entra y nadie sale.
El grupo de jóvenes recorre las cinco calles que comunican a la avenida Calzada Pie de la Cuesta con Ejido, dos vías importantes para el puerto.
La noche avanza, todo transcurre tranquilo. La vigilancia en esta colonia comenzó el pasado jueves, cuando un vecino descubrió a un hombre que intentaba sacar gasolina de su camioneta.
“Nosotros escuchamos que el vecino gritó que le estaban robando. Esa vez salimos varios y decidimos que nos teníamos que cuidar”, cuenta uno de los jóvenes.
Ese no fue el único incidente. En otras calles intentaron meterse a las casas que quedaron con las puertas y ventanas destrozadas por los vientos de “Otis”.
Lo que ocurre en Hogar Moderno se vive ya en varias colonias de Acapulco. La falta de vigilancia está provocando el aumento de los robos a casas y a los vecinos no les queda más que cuidar el poco patrimonio que