El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, en inglés) presentó este miércoles el Pacto de los Plásticos de México, que apela a empresas y a la ciudadanía, así como al sector público, para reducir el uso y la contaminación por este material.
«El pacto es una iniciativa global que llega a México y que, con su llegada, el país forma parte de 14 países donde ya existe», explicó en el evento la directora de cambio climático de WWF, Ninel Escobar, quien desgranó las cuatro metas del acuerdo, también coordinado por la Fundación Ellen MacArthur y la organización WRAP.
La primera es identificar qué plásticos son «problemáticos y evitables» para tejer una estrategia de reducción y eliminación; la segunda, alcanzar «tasas altas» de empaques reutilizables, reciclables o compostables.
«Muchas empresas tienen esta meta de manera individual, pero para lograr el verdadero cambio sistémico tiene que ser una meta colectiva», advirtió, pues las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con las industrias del plástico representan el 3,4 % del total mundial, según WWF.
En este sentido, el tercer objetivo es que estos envoltorios sustentables «efectivamente se reutilicen, reciclen o composten», un ámbito donde México «tiene muchos retos», y el cuarto es aumentar el porcentaje de material reciclado en el empaquetado.
A través de estas líneas maestras, el Pacto para los Plásticos de México pretende ser un «espacio de colaboración sistemática» para que las empresas, con «respaldo técnico y científico» impulsen cambios en su cadena productiva.
Entre las firmas que se han unido a la iniciativa, destacan la empresa de lácticos Yakult, la gestora de residuos Grupo México Recicla, entre otros.
Junto con especialista en el ámbito, la primera labor del proyecto será presentar en noviembre la lista de plásticos más perjudiciales, un material «fundamental» para el Gobierno mexicano en vistas de unirse al tratado internacional sobre la gestión de los plásticos.
Un tratado global para 2025
El pacto, presente ya en países como Reino Unido o Chile, se enmarca en un proceso global liderado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que desembocará en un tratado internacional en 2025, ahora en fase de negociación entre 170 países.
La coordinadora de gobernanza del PNUMA, Abi Márquez, advirtió de un «crecimiento exponencial» del uso de estos materiales, incluidos los microplásticos.
«Esta gran problemática es causada por nuestra economía lineal. Esta economía que está diseñada para adquirir, utilizar y desechar es la que nos ha llevado a esta situación de crisis ambiental», lamentó.
Según datos del Gobierno mexicano de 2021, el 40 % del plástico manufacturado es para envases de un solo uso, una cifra que se suma a las ocho toneladas de este material que llegan al mar anualmente.
Según adelantó la gerente de alianzas internacionales de WRAP, Carolina Fernández, este tratado entraría en vigor en 2025 también en México, un país con una posición «muy ambiciosa» y que está «empujando» hacia soluciones de gran alcance.
Subrayó las conversaciones «desde el comienzo» con órganos gubernamentales, como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y no se mostró preocupada por un posible cambio de Administración tras las elecciones del 2 de junio.