Los planes de Texas para arrestar a migrantes sospechosos de entrar ilegalmente a Estados Unidos permanecerán en suspensión según el fallo de un tribunal federal de apelaciones que probablemente evitará la aplicación de la nueva ley de inmigración del gobernador republicano Greg Abbott hasta que se emita una decisión más amplia sobre su legalidad.
La decisión, tomada con dos votos a favor y uno en contra, es la segunda vez que un panel de tres jueces del Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos impone una suspensión temporal a la ley de Texas. Se produce después de que, la semana pasada, la Corte Suprema permitió que la ley tuviera efecto durante algunas horas, produciendo ira y expectación en la frontera entre Estados Unidos y México.
Las autoridades tejanas no anunciaron ningún arresto según la ley durante ese breve período del 19 de marzo, antes de que el tribunal de apelaciones la bloqueara.
En la decisión, la jueza principal Priscilla Richman citó una decisión emitida por la Corte Suprema en 2012 que suprimió varias porciones de una estricta ley migratoria de Arizona, incluido el poder de realizar arrestos. La ley de Texas es considerada por sus opositores como el intento más dramático de un estado de vigilar la inmigración desde la ley de Arizona.
“Durante casi 150 años, la Corte Suprema ha sostenido que el poder de controlar la inmigración — la entrada, admisión y retiro de no ciudadanos — es un poder exclusivamente federal”, escribió Richman, nombrada por el presidente republicano George W. Bush.