El expresidente Donald Trump reiteró este lunes en sus propias palabras y a través de sus abogados que está siendo víctima de una persecución política, durante el primer día del juicio civil en su contra por fraude en la Organización Trump, que durará casi tres meses y puede ser crucial para sus negocios.
Trump acudió voluntariamente a la Corte Suprema de Nueva York y, si bien mantuvo una actitud estoica en la sala, aprovechó la presencia de periodistas en sus entradas y salidas para calificar el proceso de “caza de brujas” y arremeter por su ideario demócrata contra la fiscal, Letitia James, y el juez, Arthur Engoron.
El favorito republicano a la Casa Blanca, cuyo camino electoral puede complicarse por las causas judiciales que afronta en los próximos meses -aunque las encuestas no indican que estén mermando su popularidad-, estuvo acompañado en el banquillo por su hijo Eric y un equipo de abogados a los que escuchó atentamente en silencio, según informaron medios locales.
La Fiscalía expuso que Trump, sus dos hijos mayores y dos socios tenían conocimiento o participaban en la práctica de inflar los activos de la Organización Trump en sus declaraciones financieras para obtener ventajas en préstamos bancarios y seguros; un año, la cifra se exageró en 2.200 millones de dólares.