En el campus Concá de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) se desarrolla un proyecto de investigación orientado a mejorar la alimentación de especies acuáticas mediante la elaboración de una harina proteica a partir de la larva zophobas morio, conocida como gusano de la harina, con el objetivo de fortalecer la acuicultura y piscicultura en la región serrana, particularmente en el cultivo de tilapia.
Esta iniciativa contó con el respaldo del Fondo de Proyectos Especiales de Rectoría (FOPER) y busca incrementar el valor nutricional de esta larva, que ya es utilizada como alimento para peces, a fin de convertirla en una alternativa más eficiente, accesible y sostenible para productores locales, tanto con fines comerciales como de autoconsumo.
La estudiante de cuarto semestre de Ingeniería Agroindustrial en el campus Concá, Sofía Andablo Rico, explicó que el proyecto titulado “Elaboración de harina a partir de la zophobas morio” se desarrolló mediante la aplicación de tres tratamientos distintos, uno de ellos como control, enfocados en elevar el contenido proteico de la larva. Para ello, se modificó su dieta con subproductos derivados de pollo y pescado, específicamente huesos y vísceras, los cuales fueron sometidos a procesos de cocción, molienda y secado.
Posteriormente, estos subproductos se trituraron y deshidrataron a una temperatura de 60 grados centígrados durante 24 horas, para ser incorporados en la alimentación de las larvas. Con esta estrategia se buscó aumentar la ingesta de proteína del insecto antes de su procesamiento final. Una vez alcanzado este punto, se aplicó la eutanasia a los llamados “super gusanos”, caracterizados por su alto contenido de proteínas y grasas, lo que los hace altamente nutritivos para organismos acuáticos y otros animales.
Tras este proceso, las larvas fueron sometidas a desecación para obtener un polvo fino que funciona como harina proteica. La intención es que este nuevo alimento contribuya a mejorar el crecimiento, tamaño y calidad de la tilapia que se cría en el campus Concá, donde actualmente se utilizan alimentos elaborados a partir de otros peces. Si bien la harina aún no se distribuye en granjas acuícolas, los resultados preliminares muestran un potencial significativo para su aplicación futura.
Durante la investigación, inicialmente se trabajó con el gusano tenebrio, larva del escarabajo Tenebrio molitor, sin embargo, este insecto presentó dificultades para su manejo, ya que su dieta se limita principalmente a frutas y verduras como zanahoria y manzana. Ante ello, se optó por la zophobas morio, debido a su mayor voracidad, tamaño y adaptabilidad, lo que permite obtener un producto con mejores características nutricionales.
La estudiante detalló que en una primera fase se suministró el alimento en estado crudo, lo que provocó comportamientos de canibalismo entre las larvas y una alta mortalidad, ya que de un lote inicial de 50 únicamente sobrevivieron nueve. Esta situación se corrigió al implementar el proceso de deshidratación del alimento, lo que permitió estabilizar el cultivo y continuar con el desarrollo de la harina.
El proyecto representa una alternativa innovadora para el aprovechamiento de subproductos de origen animal y abre la posibilidad de reducir costos en la alimentación acuícola, al tiempo que impulsa prácticas más sustentables en la Sierra Gorda de Querétaro.








