Un grupo de unas veinte ballenas piloto quedaron varadas este viernes cerca de la costa del municipio de Rio do Fogo, en el noreste de Brasil, desencadenando una operación para intentar devolverlas al mar en un episodio considerado «atípico» para la región.
Las ballenas fueron avistadas a pocos metros de la franja de arena de la playa de Pititinga, en el estado de Rio Grande do Norte, mientras que otra ballena, aparentemente parte del mismo grupo, apareció sin vida a unos siete kilómetros de distancia, en la playa de Zumbi.
Los primeros en alertar a las autoridades fueron los vecinos y pescadores locales. Tres equipos del proyecto ‘Cetáceos da Costa Branca’ de la Universidad Estadual de Rio Grande do Norte y de la ONG Centro de Estudios y Monitoreo Ambiental se dirigieron al lugar para ayudar en el rescate.
Según explicó el biólogo Vinícius Gabriel Santana, miembro de ambas instituciones, las ballenas están varadas en aguas poco profundas y tienen dificultades para regresar al mar. Se está investigando quién es el líder del grupo y si sufren alguna alteración en su comportamiento, especialmente problemas de visión espacial.
Debido al riesgo que representa cualquier intervención en el agua, se mantendrá la vigilancia, incluso durante la noche. Se está preparando para brindar atención veterinaria a las ballenas que lleguen a la costa y, en caso de fallecimiento, se realizarán autopsias para determinar las causas.
Las ballenas piloto son animales muy sociales, explicó Santana, que suelen vivir en grupos liderados por una hembra. Una de las hipótesis es que la líder del grupo haya enfermado y arrastrado al resto. En este escenario, separar a la líder podría permitir que los demás individuos se reorienten y vuelvan al mar.
Episodios de este tipo no son comunes en Rio Grande do Norte, donde generalmente se registran varados individuales. El último evento de varado masivo conocido ocurrió en 2013 en el municipio de Areia Branca.