Durante la administración del expresidente Andrés Manuel López Obrador, México vivió su etapa más sangrienta en la historia reciente, con un total de 202 mil 336 homicidios dolosos registrados entre diciembre de 2018 y septiembre de 2024, según cifras publicadas por el INEGI. Esto equivale a un promedio de 95 personas asesinadas cada día.
La violencia se concentró principalmente en entidades como Guanajuato, Baja California, Estado de México, Chihuahua, Jalisco y Morelos, de acuerdo con el informe sobre defunciones por homicidio.
En el primer mes de gobierno, diciembre de 2018, se contabilizaron 3 mil 091 asesinatos, y en los años siguientes los números se mantuvieron altos. El año 2020 fue el más violento del que se tenga registro, con 36 mil 773 víctimas, seguido de 2019 con 36 mil 661, y 2021 con 35 mil 700. En 2022 y 2023 se registraron 33 mil 287 y 32 mil 252 homicidios, respectivamente. De enero a septiembre de 2024, el número ya alcanzaba los 24 mil 572.
A lo largo del sexenio se mantuvo una tendencia persistente de más de 30 mil asesinatos por año, reflejando un estancamiento en la reducción de la violencia. Así, el gobierno de la llamada Cuarta Transformación dejó cifras históricas en homicidios dolosos en términos absolutos.
Además de las estadísticas, el sexenio estuvo marcado por hechos atroces atribuidos al crimen organizado. Entre ellos, la masacre en Minatitlán, Veracruz, en abril de 2019, donde 14 personas fueron asesinadas en una fiesta; el ataque al bar «El Caballo Blanco» en Coatzacoalcos, que cobró la vida de 29 personas en agosto de ese mismo año; y el brutal asesinato de nueve integrantes de las familias LeBarón y Langford —incluidos seis menores— en Bavispe, Sonora.
Otro de los episodios más trágicos ocurrió en julio de 2020, cuando un comando armado ejecutó a 24 jóvenes en un centro de rehabilitación no registrado en Irapuato, Guanajuato, considerado el ataque más letal en ese estado, el cual lideró los índices de homicidio durante todo el sexenio.