La comunidad judía en Estados Unidos enfrenta una creciente preocupación por su seguridad tras recientes hechos violentos ocurridos en distintas ciudades del país. Los ataques registrados en Boulder, Colorado, y en Washington D.C. han encendido las alertas entre los líderes de organizaciones e instituciones judías, quienes ahora intensifican sus esfuerzos para proteger a sus comunidades y demandan mayor apoyo del gobierno federal.
En Boulder, una manifestación pacífica que exigía la liberación de rehenes israelíes en la Franja de Gaza terminó con una decena de personas heridas, mientras que en la capital estadounidense, dos empleados de la embajada de Israel fueron asesinados a balazos frente a un museo judío. Estos hechos han impulsado una reacción inmediata de la comunidad, que exige acciones concretas para evitar más tragedias.
Un total de 43 organizaciones judías firmaron un comunicado conjunto solicitando al Congreso de EE. UU. incrementar a mil millones de dólares el presupuesto del Programa de Subvenciones para la Seguridad de Organizaciones Sin Fines de Lucro. Este fondo busca reforzar la seguridad física de escuelas, sinagogas y otros centros comunitarios mediante la instalación de cámaras, vidrios blindados y barreras contra ataques con vehículos.
“Las organizaciones judías hemos tomado la seguridad como una prioridad desde hace años. Pero la realidad es que hoy no basta con lo que tenemos”, advirtió el rabino Rick Jacobs, líder de la Unión para el Judaísmo Reformista. Añadió que el clima actual exige respuestas contundentes, ya que la violencia contra su comunidad se ha convertido en una preocupación cotidiana.
Por su parte, Shira Hutt, vicepresidenta ejecutiva de las Federaciones Judías de América del Norte, subrayó que el financiamiento actual es insuficiente, pues menos de la mitad de las solicitudes al programa de subvenciones fueron aprobadas el año pasado. Ante esto, insistió en la necesidad de fortalecer tanto los recursos para la protección institucional como los fondos para las fuerzas policiales locales.
En respuesta a los acontecimientos en Boulder, la organización JEWISHcolorado activó un fondo de emergencia con el objetivo de recaudar 160 mil dólares destinados a reforzar la seguridad en eventos y edificios vinculados a la comunidad judía local.
En Los Ángeles, el rabino Noah Farkas, presidente de la federación judía local, destacó que si bien su comunidad vive con temor, también se mantiene firme. “Ya no necesitamos más reuniones o discursos. Necesitamos resultados. Exigimos a las autoridades una respuesta rápida y firme”, dijo, y pidió construir alianzas con los sectores público y privado para enfrentar el antisemitismo desde todos los frentes.
Según la Teach Coalition, los costos de seguridad en 63 escuelas judías han aumentado un 84% desde el inicio del conflicto entre Israel y Hamás en octubre de 2023. Por ello, el grupo también promueve una mayor inversión estatal y federal para proteger escuelas, sinagogas y campamentos de verano.
Sydney Altfield, directora nacional de la coalición, señaló que los ataques recientes deben verse como parte de una amenaza generalizada. “No se trata de incidentes aislados. Esto podría ocurrir en cualquier lugar. Es urgente garantizar la seguridad de nuestros niños y comunidades más vulnerables”.
En Florida, el rabino Jason Rosenberg, de la Congregación Beth Am, compartió que muchos de sus feligreses en la zona de Tampa Bay se sienten inquietos por el aumento de la violencia y pidió medidas preventivas adicionales. “Estos hechos son reflejo de una retórica antisemita que ha ido creciendo en la sociedad. Pero también es momento de mantenernos firmes y resilientes”, expresó.
Añadió que como líderes religiosos no pueden permitir que el miedo paralice a la comunidad: “Nuestro papel es seguir cultivando la espiritualidad, y eso implica continuar con nuestras actividades, nuestras oraciones, nuestro trabajo sagrado”.
El rabino Jacobs coincidió en que los protocolos actuales ya no son suficientes. “No basta con controlar quién entra a nuestros edificios. Ahora también debemos prestar atención a lo que ocurre afuera. El ataque en el museo judío de D.C. es una muestra de que debemos adaptar nuestras estrategias de seguridad”, comentó, recordando que incluso un líder cristiano se mostró sorprendido por las estrictas medidas de seguridad en una sinagoga que visitó recientemente.
“Nos gustaría tener la misma apertura que otras comunidades religiosas, pero no tenemos ese lujo. Si no ofrecemos seguridad, la gente dejará de asistir”, concluyó.