Los mercados reaccionaron vendiendo activos mexicanos este lunes tras los resultados preliminares de las elecciones en México, que indican una mayoría calificada en la Cámara de Diputados para el partido oficialista y sus aliados. El peso mexicano inició la jornada cotizando a 16,97 pesos por dólar y cerró en 17,70 en los mercados locales, lo que representa una caída del 4,3%. Esto convirtió al peso en la moneda más depreciada del mundo entre sus pares. Por su parte, el Índice de Precios y Cotizaciones de la Bolsa Mexicana de Valores cayó un 6% al cierre.
En la Cámara de Diputados, los partidos que conforman el bloque oficialista obtuvieron entre 346 y 380 curules, según el conteo rápido del Instituto Nacional Electoral (INE). Este resultado les permite reformar la Constitución y aprobar 20 reformas pendientes del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador. En el Senado, los datos más conservadores les otorgan entre 76 y 88 plazas, lo que constituye una mayoría absoluta, pero no calificada, por lo que Morena tendría que negociar en la Cámara alta para avanzar con las reformas constitucionales.
“La primera reacción es de cierto nerviosismo en el mercado”, explica Luis Gonzali, estratega financiero de Franklin Templeton en Ciudad de México. “El escenario base que esperaban los inversionistas era que Sheinbaum ganara la presidencia, pero con un Congreso más dividido o fragmentado”. Por lo tanto, los resultados representan una desviación de las expectativas del mercado.
“Hay una sensación de búsqueda de inversiones menos riesgosas que México ante la incertidumbre de lo que pueda hacer tanto la presidenta como el partido con una mayoría calificada en el Congreso”, añade Gonzali. “Ya tenemos delineado el plan legislativo de Sheinbaum y hay varias cosas que a los mercados no les gusta, incluyendo la concentración de poder”.
Entre las reformas pendientes de López Obrador hay tres que buscan restringir la participación de la iniciativa privada en el sector energético. El presidente propuso eliminar la posibilidad de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) suscriba contratos con empresas privadas y regresar el manejo de su presupuesto al Gobierno federal. En otra iniciativa, el Ejecutivo busca prohibir la fracturación hidráulica para extraer gas natural (fracking) y no otorgar nuevas concesiones de minería a cielo abierto.
Además, Morena planea aumentar las pensiones para quienes ganan menos, financiado por el erario público. Los analistas estiman que esto presionará las finanzas públicas en un 4% del Producto Interno Bruto (PIB). El Gobierno de López Obrador incrementó el déficit fiscal este año a casi el 6% del PIB, y el equipo de campaña de Sheinbaum ha asegurado que podrán reducirlo al 3% el próximo año sin necesidad de una reforma tributaria.
El déficit es “el más alto en más de tres décadas”, afirmó la agencia calificadora de riesgo crediticio Fitch en un comunicado el lunes. “La difícil situación fiscal heredada por la administración entrante se debe a una combinación de aumento del gasto social, mayores costos de endeudamiento y elevadas inversiones debido a la finalización de proyectos de infraestructura prioritarios de la administración saliente. Aunque la administración entrante ha manifestado su intención de reducir el déficit a niveles consistentes con una trayectoria estable de deuda/PIB, persiste la incertidumbre sobre cómo se logrará. El apetito político por una reforma para mejorar la recaudación de impuestos sigue sin estar claro”, concluyeron los analistas de Fitch.