Este lunes, en una investigación llevada a cabo por el diario The Washington Post, se han planteado serias cuestiones éticas respecto al próximo editor de la publicación, Robert Winnett. Según el artículo, durante su tiempo en la redacción del medio británico The Sunday Times en la década del 2000, Winnett presuntamente habría recurrido a información obtenida de manera ilegítima, supuestamente facilitada por un individuo conocido por sus prácticas delictivas, John Ford.
El reportaje, extenso y detallado, se apoya en gran medida en una entrevista concedida por Ford al diario The Guardian en 2018. En esta entrevista, Ford describió métodos poco éticos utilizados para obtener información exclusiva que luego proporcionaba a Winnett, abordando temas como la adquisición del equipo de fútbol Leeds United, las finanzas de Tony Blair y la lista de clientes de un nuevo modelo de Mercedes-Benz.
Además, se indica en el artículo que Winnett habría optado por no responder a las preguntas planteadas por sus futuros colegas en The Washington Post con respecto a esta noticia.
Estas revelaciones han exacerbado aún más la crisis interna que enfrenta el periódico, que ya estaba bajo escrutinio desde el nombramiento el año pasado de Will Lewis como nuevo director ejecutivo. Investigaciones anteriores, como la llevada a cabo por The New York Times, han arrojado luz sobre el presunto uso de grabaciones obtenidas de manera ilegal tanto por Winnett como por Lewis durante sus carreras en el periodismo británico.
Ante estas controversias, se ha designado al ex editor gerente senior Cameron Barr, quien ahora ostenta el cargo de editor asociado senior bajo una relación contractual, para supervisar la cobertura de estos eventos, según afirmó una portavoz de The Washington Post en respuesta a las preguntas de The New York Times.
La situación en el diario estadounidense se tornó aún más tumultuosa con la repentina renuncia de Sally Buzbee, quien había sido la primera mujer en liderar la respetada publicación hace tres años. Buzbee fue reemplazada de inmediato por Matt Murray, ex editor jefe de The Wall Street Journal, quien ocupará el cargo hasta las próximas elecciones presidenciales en noviembre.
Se espera que Winnett asuma el cargo de editor después de Murray, respaldado por la confianza de Lewis tras años de colaboración en diversas publicaciones británicas. Por su parte, Murray dirigirá una nueva división enfocada en el «periodismo de servicios y redes sociales», dirigida a audiencias que buscan consumir y pagar por noticias de manera diferente a los métodos tradicionales.
La partida de Buzbee llega en un momento complicado para el periódico, que ha registrado pérdidas financieras significativas y una caída del 50 % en la audiencia desde 2020, según lo reconocido por Lewis recientemente.
Además, The New York Times informó sobre un enfrentamiento entre Buzbee y Lewis semanas antes de la renuncia de esta última, en relación con la cobertura de un caso judicial personal que involucra a Lewis por presuntamente bloquear la divulgación de grabaciones telefónicas.