El ala más derechista del Gobierno de coalición israelí ha instado al primer ministro, Benjamín Netanyahu, a lanzar una ofensiva total contra Hizbulá en el Líbano, revelando así profundas divisiones en un Ejecutivo ya fragmentado, mientras la Franja de Gaza sigue siendo blanco de ataques israelíes.
En una reunión del Gabinete de Seguridad, algunos ministros ultraderechistas exigieron a Netanyahu una guerra abierta contra Hizbulá. Entre ellos, el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, afirmó que cualquier acuerdo con Hizbulá sería catastrófico para Israel. «¿No hemos aprendido nada de los últimos 20 años de acuerdos? Dentro de uno o dos años, violarán a nuestras mujeres y asesinarán a nuestros niños», dijo Ben Gvir en declaraciones filtradas a los medios. Añadió que un acuerdo con Hizbulá conduciría a otra tragedia similar al 7 de octubre.
Estas declaraciones contrastan con el enfoque del ministro de Defensa, Yoav Gallant, quien durante su visita a Estados Unidos aseguró a la Casa Blanca que Israel prefiere una solución diplomática antes que un conflicto armado. Gallant reiteró que aunque Israel está preparado para una guerra, prefiere la alternativa política.
La situación en la frontera entre Israel y Líbano se ha intensificado, alcanzando niveles de tensión no vistos desde 2006. Ayer, Hizbulá lanzó una treintena de cohetes contra Israel en represalia por la muerte de tres de sus miembros en ataques previos. El Ejército israelí respondió atacando una instalación de defensa aérea de Hizbulá en Jabal Safi.
En Gaza, la situación humanitaria sigue deteriorándose. Fuentes médicas informaron de la muerte de al menos 11 personas y más de 40 heridos en un bombardeo israelí en la zona de Al Mawasi, en Rafah. La agencia de noticias palestina Wafa reportó ataques aéreos y de artillería israelí en el centro de Gaza que dejaron al menos cuatro civiles muertos, entre ellos una mujer y un niño.
Louise Wateridge, portavoz de UNRWA, describió las condiciones en Gaza como «insoportables», destacando la falta de agua y comida entre los escombros en los que viven los gazatíes. En casi nueve meses de conflicto, la ofensiva israelí ha causado más de 37.700 muertes, en su mayoría mujeres y niños, y ha dejado a más de 86.429 personas heridas, además de la destrucción de escuelas, hospitales y edificios residenciales.