PEPE AGUILAR, UNA LEYENDA VIVA: 20 AÑOS CONQUISTANDO EL CORAZÓN DEL PALENQUE LEÓN

Por Heimdall
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AAMX,.-PALENQUE LEÓN, 25 enero 2025.- Con la majestuosidad de un charro y la pasión de un verdadero «El Zacatecano», Pepe Aguilar volvió a hacer historia en el Palenque de León, un lugar que lo ha recibido con los brazos abiertos durante dos décadas ininterrumpidas. «El Zacatecano» no solo conquistó el escenario, sino que renovó el amor y la devoción de un público que lo considera uno de los suyos.

La noche de este viernes, León celebró con él 20 años de tradición, música y emoción. En un escenario adornado por las luces de la fiesta, el Palenque vibró con cada acorde, con cada verso, con cada aplauso, Pepe Aguilar inauguró el año en su ciudad de adopción, demostrando que para él, iniciar el calendario en este rincón de Guanajuato es tanto una tradición como una promesa cumplida.

Cuando el reloj marcaba casi las 10 de la noche, el fervor de los fans se palpaba en el aire. El Palenque, que ya rebosaba de almas expectantes, se preparaba para recibir a uno de los artistas más entrañables del país. Con su esposa Aneliz a su lado, Pepe saludó a sus seguidores antes de adentrarse en su camerino para dar paso al momento que todos esperaban: su regreso al escenario

¡Y la magia comenzó!
La multitud no dejaba de corear su nombre, y el eco de su grito se mezclaba con la oscuridad del recinto, hasta que, finalmente, las luces se apagaron y el Mariachi Zacatecano irrumpió con el majestuoso “Son de la Negra”. Fue el preludio de una noche inolvidable.

Ataviado con su tradicional traje de charro negro, Pepe abrió con los emblemáticos “El Zacatecano” y “Por una mujer bonita”, canciones que su público abrazó con fervor. El calor de la multitud no tardó en invadir el aire, y la conexión entre el cantante y los leoneses fue tan intensa que el sonido de los aplausos resonó hasta lo más profundo del escenario.

Entre las notas de su guitarra, Pepe rindió homenaje a los grandes de la música ranchera. Interpretó un popurrí romántico que desbordó de emoción a sus seguidores. «Este terco corazón», «Me estoy acostumbrando a ti» y «Llamarada» fueron sólo algunos de los temas que hicieron vibrar el corazón de todos los presentes.

Con una sonrisa cómplice, Pepe exclamó: “Qué gusto estar esta noche en esta tierra, en esta ciudad donde la vida no vale nada. Esta es la Feria y el Palenque más bonito de todo México”. La respuesta fue un rugido de alegría que no dejó espacio para las dudas: León, sin lugar a dudas, era su hogar.

En su vigésimo aniversario de presentaciones en el Palenque, Pepe hizo de la noche algo único. “Este es el año número 20 que vengo ininterrumpidamente a este Palenque. Es de los más bonitos y tengo que comportarme a la altura”, comentó, mientras sus seguidores le brindaban el aplauso más sincero.

Con humor y cercanía, el cantante continuó con su repertorio, interpretando “De qué te quejas”, y compartiendo momentos llenos de picardía y complicidad con la audiencia. Entre carcajadas y vítores, las canciones fluyeron como un río de emociones. “Los que vienen solos, saldrán acompañados; los que vienen acompañados, saldrán enamorados; y los que vienen enamorados, corren el peligro de salir embarazados, tengan cuidado, compadres”, bromeó, arrancando una ola de risas.

Los nuevos éxitos también tuvieron su espacio en la noche. El tema “Cliente Frecuente”, con su toque único de Pepe, se coló entre las canciones más esperadas, junto con “No me hablen de amor” (con Intocable) y “Ni contigo ni sin ti” (con Los Ángeles Azules), mostrando una versatilidad que abarca desde lo ranchero hasta lo moderno.

El homenaje a Vicente Fernández no podía faltar. Con temas como “Prometiste”, “Toro viejo”, “Albur de amor” y “Por mujeres como tú”, Pepe revivió la memoria de un grande, mientras la audiencia se dejaba llevar por la nostalgia y el amor por la música de siempre.

Y como todo gran concierto, la despedida fue a lo grande. Con “Puño de Tierra”, “El muchacho alegre” y “Son las dos de la mañana”, Pepe Aguilar puso el broche de oro a una noche histórica, mientras el público de pie le regalaba un aplauso interminable.

Antes de abandonar el escenario, Pepe, fiel a su estilo, compartió su cariño con su gente: lanzando toallas y creando momentos de cercanía que quedarán grabados en la memoria de todos los asistentes.

Pepe Aguilar no solo es un cantante, es una leyenda viva que ha dejado una huella imborrable en León. Un verdadero cliente frecuente del Palenque, sí, pero también un amigo leal de su gente.

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