Tres fabricantes de automóviles brasileños han mostrado interés en establecerse en Querétaro, según informó Liborio Rauber, presidente de la Cámara Brasil-México. De estas tres compañías, dos tienen planes de instalar plantas de producción, mientras que la tercera busca expandir su mercado en la región.
Las dos empresas que planean la construcción de plantas suman inversiones por 370 millones de dólares en total. Uno de los proyectos prevé una inversión de 250 millones de dólares en un periodo de tres a cinco años, comenzando con un desembolso inicial de unos 70 millones de dólares. La segunda inversión será de 120 millones de dólares.
Estas inversiones se desarrollarán de manera gradual, conforme a los planes de crecimiento de las compañías, según explicó Rauber. Ya se han realizado los estudios de viabilidad para la instalación en Querétaro, y se espera que en el segundo semestre de este año se defina la ubicación exacta de las fábricas.
La selección de la ubicación de las plantas dependerá de las necesidades de producción y distribución. El estado de Querétaro ofrece parques industriales estratégicos que facilitan la instalación de estas empresas. El tercer proyecto se centra en la apertura de mercado para una automotriz que busca comercializar sus productos en la región.
Rauber resaltó que la estabilidad política en Brasil, que no enfrenta un cambio de gobierno, proporciona certeza a los planes de inversión de estas compañías. La ubicación estratégica de Querétaro, dentro de una de las regiones económicas más importantes de México, su proximidad al mercado estadounidense y su capital humano capacitado son factores que han atraído a las empresas brasileñas.
«El principal atractivo de la región es que Querétaro está en el triángulo económico mexicano, que incluye Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México. Estamos en una zona central dentro de este triángulo, que concentra una gran parte de la tecnología y mano de obra calificada, además de ofrecer ventajas logísticas», señaló Rauber.
Las características logísticas del estado, añadió, son un factor crucial para las empresas. La distancia entre Brasil y Estados Unidos es de casi 10,000 kilómetros, que se reduce significativamente al operar desde México.
«Hoy en día, las decisiones se toman más por razones logísticas que económicas. La cadena de suministro juega un papel fundamental en la elección de la ubicación, considerando la calidad, el tiempo de respuesta, la cercanía de la materia prima y la proveeduría. Todos estos factores hacen de Querétaro una opción atractiva dentro del triángulo dorado», afirmó.
Durante el primer semestre del año, la cámara identificó 18 proyectos de inversión brasileña que planean establecerse en México, entre ellos los tres mencionados para Querétaro. Los demás proyectos consideran destinos como Puebla, Monterrey y Veracruz, abarcando sectores como el petroquímico, automotriz y aeroespacial, entre otros.