Ucrania detuvo el miércoles el suministro de gas natural ruso hacia Europa a través de su red de gasoductos, después de que expirara un acuerdo de tránsito que había sido establecido antes de la guerra. Este acuerdo, que se firmó antes de la invasión rusa, culminó a finales de 2024, y casi tres años después del inicio del conflicto con Rusia. A pesar de la invasión, el gas natural ruso continuó fluyendo a través de los gasoductos de Ucrania hacia Europa bajo un contrato de cinco años que finalizó el año pasado, beneficiando tanto a Rusia, que ganó dinero con la venta del gas, como a Ucrania, que cobró tarifas por el tránsito.
El ministro de Energía de Ucrania, Herman Halushchenko, confirmó el cese del flujo de gas, explicando que se trataba de una medida tomada por motivos de seguridad nacional. En una publicación en Telegram, Halushchenko calificó este evento de “histórico”, señalando que Rusia está perdiendo mercados y enfrentará pérdidas financieras como resultado. Además, indicó que esta decisión de Ucrania se alinea con los esfuerzos de Europa por reducir gradualmente su dependencia del gas ruso.
En una reciente cumbre en Bruselas, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski había declarado que Ucrania no permitiría que Moscú siguiera utilizando el paso del gas para obtener «miles de millones adicionales» a costa del sufrimiento y las vidas de los ciudadanos ucranianos. Antes de la guerra, Rusia suministraba alrededor del 40% del gas natural de tubería a la Unión Europea, utilizando diversos gasoductos, entre ellos uno que atravesaba Ucrania.