La reciente debacle electoral de Acción Nacional ha generado un conflicto entre Marko Cortés Mendoza, el actual dirigente nacional, y los líderes del partido, quienes han solicitado su renuncia a través de distintos medios. La situación se ha intensificado con las revelaciones de la Senadora Xóchitl Gálvez Ruiz y su equipo cercano, quienes han acusado a Cortés de acaparar recursos y abandonar a su candidata, además de maltratarla por reconocer el triunfo de la Presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo.
Esta semana, 13 exgobernadores panistas publicaron un desplegado señalando a la gestión del grupo de «padroneros» liderado por Marko Cortés, conocido por «vender» candidaturas, como responsables de los pésimos resultados. Sin embargo, Cortés, quien ya tiene asegurada una plurinominal en el Senado, se ha negado a renunciar antes de que termine su mandato en septiembre, según lo estipulan los estatutos del partido.
En entrevistas con SinEmbargo, Ernesto Ruffo, el primer Gobernador panista de Baja California, y el exgobernador de Querétaro, Ignacio Loyola, afirmaron que el grupo de poder de Cortés ha cerrado el partido y urgieron a que Acción Nacional se distancie del PRI, con quien hizo alianza político-electoral en 2021 y 2024 por idea del magnate Claudio X. González. Ruffo explicó que la descomposición en el partido comenzó cuando ganaron el poder, lo que permitió la aparición de los «padroneros» que vendían candidaturas y posiciones internas. Según Ruffo, el grupo dominante es el que representa Marko Cortés, y destacó la necesidad de que el PAN se enfoque en el interés público y no en los intereses de los grupos internos.
De acuerdo con SinEmbargo, Marko Cortés recibió en 2018 al PAN con el control de 11 estados. Tras la elección del 2 de junio, el partido ganó algunas ciudades como León y Mérida, pero solo mantiene el gobierno en cuatro entidades: Chihuahua, Guanajuato, Aguascalientes y Querétaro. En estas entidades, Xóchitl Gálvez solo ganó en Aguascalientes, mientras que en Querétaro el PAN perdió la mayoría en el Congreso. Ignacio Loyola reconoció que la responsabilidad de los malos resultados es compartida por toda la militancia del PAN. Aunque criticó la falta de coordinación y recursos en la campaña de Xóchitl Gálvez, enfatizó que no es el momento para linchamientos ni señalamientos individuales.
En cuanto a la posible sucesión de Cortés, Ernesto Ruffo mencionó que Jorge Romero, Adriana Dávila y Damián Zepeda son los candidatos más probables para dirigir el partido. Loyola, por su parte, defendió a Romero, quien ha sido señalado por liderar un cártel inmobiliario, calificando esas acusaciones como «difamaciones». Loyola subrayó la importancia de la unidad dentro del partido para su futura reconstrucción y distanciamiento del PRI, indicando que es necesario esperar qué propuestas tienen los candidatos y quién puede convocar a mayor unidad en Acción Nacional.
La situación dentro de Acción Nacional refleja una crisis de liderazgo y una necesidad urgente de redefinir su estrategia y alianzas para recuperar la confianza y el apoyo de sus bases y del electorado.